Arthur Rimbaud


En su despedida, en su adiós, Rimbaud dice:
"¡Yo! ¡Yo que me califiqué de mago o de ángel, dispensado de toda moral, soy devuelto a la tierra, para que me busque un deber y abrace la rugosa realidad!


Sus primeras composiciones literarias fueron manifiestas a la edad de 7 años y ya a los 16 era admirado por los artistas de su época.

Él quería inventar "nuevas flores, nuevos astros, nuevas carnes, nuevas lenguas" y en su afán de crear, logró introducirse en un mundo distinto. Quizás sus ansias de búsqueda lo llevaron a fugarse una y otra vez del hogar y poetizar nuevas fronteras. En una de sus fugas conoció al poeta Paul Verlaine y se entregó, tal vez buscando traspasar los márgenes establecidos y sondear lo profundo de su ser, de manera apasionada y rebelde, a su propia fatalidad (ver pelicula Eclipse Total). Rimbaud caminó por el borde de la locura, se internó en los terrenos más sombríos de la propia humanidad para ser escuchado. Se desangró en su obra y sólo contaba con diecinueve años cuando dejó de escribir. Se perdió en los infiernos, se abrazó a una realidad rugosa y cruel para desgarrarse el alma. Quizás porque el dolor era muy fuerte; quizás porque en su propia perdición, quería liberarse de tanto sentir, de esa búsqueda de nuevas flores, nuevos astros, nuevas carnes, nuevas lenguas que, tal vez, nunca supo haber alcanzado. Murió en Francia, el 10 de noviembre de 1891. Tenía 37 años.

Su influencia en la literatura moderna, la música y el arte es enorme. Rimbaud influyó en poetas franceses posteriores, pero también en los surrealistas, en los poetas beats, en Henry Miller, Anaïs Nin, William S. Burroughs, Pier Paolo Pasolini, Alejandro De Michele, Hugo Pratt, Mário Cesariny de Vasconcelos, Klaus Kinski, Patti Smith, Luis Alberto Spinetta, Bruce Chatwin, Penny Rimbaud, Jim Morrison, Cevladé, Mohamed, Bob Dylan, Kurt Cobain, Richard Hell o en Joe Strummer, entre otros muchos.




"Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde corrían todos los vinos, donde se abrían todos los corazones. Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié".


Después del episodio con Verlaine, Rimbaud regresó a Francia en donde todo el mundo le dio la espalda por el escándalo. Decidió, entonces, publicar como despedida del mundo literario "Una temporada en el infierno", escrita en medio del desenfreno de su relación con Verlaine. Obra de la que quedan escasos ejemplares porque él mismo compró y destruyó casi todos.
En este punto de su historia, el ángel lo abandona por completo, y el demonio que se fue gestando poco a poco desde las primeras manifestaciones de insurrección, va tomando su forma más tangible. Su único interés es enriquecerse y para eso desarrolla las tareas más diversas, desde soldado desertor del ejercito neerlandes, hasta contrabandista de armas y marfil en África.

Fuente: http://revistaaxolotl.com.ar

Noche del infierno

He bebido un enorme trago de veneno. ¡Bendito tres veces el consejo que ha llegado hasta mí! Me queman las entrañas. La violencia del veneno me retuerce los miembros, me vuelve deforme, me derriba. Me muero de sed, me ahogo, no puedo gritar. ¡Es el infierno, la pena eterna! ¡Ved cómo se alza el fuego! Ardo como es debido. ¡Anda, demonio!

Yo había entrevisto la conversión al bien y a la felicidad, la salvación. ¡Pero cómo describiría mi visión, si el aire del infierno no soporta los himnos! Eran millones de criaturas encantadoras, un suave concierto espiritual, la fuerza y la paz, las nobles ambiciones, ¿qué sé yo? ¡Las nobles ambiciones!

¡Y esto sigue siendo la vida! ¡Si la condenación es eterna! Un hombre que se quiere mutilar está bien condenado, ¿no es así? Yo me creo en el infierno, luego estoy en él. Esto es el catecismo realizado. Soy esclavo de mi bautismo. Padres, habéis hecho mi desgracia y la vuestra.

¡Pobre inocente! El infierno no puede atacar a los paganos


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El Rincon de Eto